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En nombre de
su Majestad España,
una, soberana y universal (1)
"El
gran problema es el de la constitución nacional y de si una
nación hecha por la Historia es una mera sociedad mercantil que
se puede rescindir a petición de una parte, o es un
organismo".
(Unamuno, El Sol. 13-05-1931)
Lamentablemente la historia se repite.
Cerezo recoge como Unamuno se queja de la mitificación de la
república, del fomento de una nueva superstición y magía que
se hace a su costa, de la imposición de los definidores de los
nuevos dogmas políticos de la mueva religión del
neorepublicanismo español(2), de la que augura que muy pronto
tendrá sus pontífices y hasta su inquisición (refiriéndose a
la Ley de Defensa de la República, que Unamuno considera como
una ley de Excepción, superflua y provocativa, y contra la que
se rebela). Para Unamuno todo esto no es mas que beatería
republicana.
Para él Monarquía y República son formas de gobierno que no
son consustanciales con España:
"Porque ha habido y aún hay muchos reyes y muchas
repúblicas; pero no ha habido ni hay más que una sola
España"(3).
Unamuno, si resucitara, podría sentir entristecido como se
produce ahora la misma mitificación pseudoreligiosa, que el
denunciaba, respecto el actual sistema vigente:
Así, las hechos son buenos o malos en función de si
"asientan nuestro sistema". Las bandas terroristas son
asesinas no por los españoles que matan o mutilan sino porque
atentan contra el sistema político. La justicia o la
legislación se desarrolla positiva o negativamente en función,
no si proporciona mayor o menor bienestar al pueblo español,
sino de si conserva o no estable el sistema, ...
El sistema es el nuevo mito que hay que conservar y servir, sin
importar sus consecuencias en la nación y las personas que viven
en ella.
Para Unamuno solo España merecía a sus ojos la dignidad de un
mito, la España ideal -"eterna e infinita"(4),
"universal y eterna"(5)-
Cuando en su época, como ocurre ahora, nadie se atreve a hablar
del interés único e integral de España o del pueblo español,
Unamuno clama por la unidad (que no uniformidad) cultural y
política de España:
"¿Qué de eso no se puede hablar? ¿Qué herimos
sentimientos? Hay que herir sentimientos para despertar sentidos.
Hay que herir el sentimiento -resentimiento más bien- de la
particularidad para despertar el sentido de la universalidad. Y
ahora que los pedagogos empiezan a hablar tanto de la escuela
única, hay que hablar de la patria única. De la patria única
española. Española universal."(6).
Para Unamuno el resentimiento es la pasión que segrega el alma,
negando todo el valor que no puede reconocer como propio. Es,
pues, gemelo de la envidia, en que había puesto Unamuno una de
las claves bíblicas de la historia trágica del hombre, y desde
luego, la clave de la tragicomedia de España. En el resentido
opera una voluntad de "venganza y desquite" una
recorosa voluntad de negación.
El resentimiento, con sus secuelas de intransigencia, fanatismo y
odio había ganado la partida. Y resentimiento era para Unamuno
todo en aquella hora de España: la agitación antirreligiosa, la
agitación social, las revindicaciones de los nacionalismos y la
lucha de clases y el materialismo historico con su
"sentimiento purulento" de la vida (7).
¿No suena todo esto muy actual? ¿No suena a resentimiento
muchas de las políticas que sufrimos?. Un resentimiento que
fundamentalmente se proyecta legislando y socializando contra el
Orden Natural, que se quiere eliminar de la conciencia colectiva,
privando incluso del conocimiento de su existencia a los
jóvenes.
Y si parar defenderse contra esta política suicida para el
espíritu del pueblo hay que herir sentimientos para despertar
sentidos como Unamuno invitaba, pues afrontemoslo porque "no
hay derecho al suicidio" (8) político colectivo de un
pueblo y es responsabilidad de todos evitarlo, sin escudarnos en
falsas tolerancias y consensos que encubren cobardías humanas,
que muchas veces nos atenazan.
Si, "todo nuestro mal es la cobardía moral, la falta de
arranque para afirmar cada uno su verdad, su fe, y defenderla. La
mentira envuelve y agarrota las almas de esta casta de borregos
modorros, estúpidos por opilación de sensatez"(9) .
(1)(OC, IX, 399)
(2) (El Sol. 04-06-1931)
(3)(OC, VII, 1082)
(4)(OC, I, 579)
(5)(OC, IX, 444)
(6)(El Sol, 26-08-1931)
(7)(OC, VII, 1084)
(8)(OC, III, 1359)
(9)(OC, III, 141)
O.C. : Obras Completas. (Madrid. Escelicer, 1966, en nueve
volúmenes)
L. Requesens
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"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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