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Un libro fundamental para entender la crisis de la segunda República española y la guerra civil.
El nuevo libro de Pío Moa, sobre el derrumbe de la segunda República española y el desarrollo de la guerra civil, rompe con los moldes marcados mayoritariamente por la historiografía española, hasta el punto de dejar en evidencia una continuidad argumental entre la propaganda del Frente Popular, que propició el desencadenamiento de la contienda, y dicha corriente mayoritaria
De la mano de su editor habitual en los
últimos años (www.ediciones-encuentro.es), Pío Moa completa su
trilogía en torno a los sucesos y personajes determinantes de
este periodo fundamental ("El derrumbe de la segunda
república y la guerra civil". Madrid 2001, 599
páginas).
Es el tercero de los libros escritos por Moa dedicados a este
periodo de la historia española, uno de los que mayor número de
estudios y ríos de tinta ha generado, tanto en España como en
el extranjero. Este texto ha sido difundido, por entregas, con
anterioridad en internet, concretamente en libertaddigital.com,
lo que constituyó una experiencia pionera en el mundo librario
de habla hispana..
Su tesis fundamental, ya esgrimida y argumentada por el autor en
el primero de sus libros ("Los orígenes de la
Guerra Civil Española"), es desarrollada hasta sus
últimas consecuencias, siendo perfectamente complementado desde
la perspectiva del protagonismo de sus personalidades más
relevantes, por el segundo de ellos ("Los personajes
de la República vistos por ellos mismos").
Recordemos su tesis central: la guerra civil se inició con la
mítica insurrección de octubre de 1934 organizada,
fundamentalmente, por un PSOE sovietizado y por la Esquerra.
La vida política posterior es incomprensible, a su juicio, sin
esta perspectiva, a la que dota de cuerpo con el poder de los
hechos y los argumentos escritos.
Sus numerosas y densas páginas se estructuran en torno a 39
capítulos (agrupados a su vez en cuatro partes fundamentales) y
un apéndice; puede afirmarse que el caudal de datos
proporcionado, siendo muy selectivo, es magnífico, facilitando
una perspectiva global multidisciplinar.
Las cuatro partes son: "La creación de un clima
bélico", "Procesos hacia la guerra", "El
primer Frente Popular desmantela la República" y, por
último, "La guerra". El apéndice, titulado "Los
crímenes de la guerra civil", es un conjunto muy matizado
de reflexiones en torno al número de víctimas esgrimido por los
diversos historiadores, derivando en una severa crítica a la
metodología aplicada a las fuentes históricas por determinados
escritores, caso de Santos Juliá. En este contexto, otros
autores, en buena medida denostados por la historiografía
dominante, como los hermanos Salas Larrazábal, quedan en mejor
posición al reconocerles un ejercicio de mayor objetividad en su
investigación, con una notable fidelidad a las fuentes y al
método seguido. También realiza, en este apéndice, algunas
consideraciones de sumo interés sobre el influjo de ideas
preconcebidas en el oficio del historiador, y sobre la realidad
de los excesos producidos, por uno y otro bando, en el transcurso
de la guerra civil.
Las tesis de su
nuevo libro.
A juicio de Pío Moa, quien recurre a incuestionables fuentes
documentales, la contienda pudo haberse evitado; pero grandes
sectores de la izquierda optaron por la insurrección y la guerra
civil, creando el ambiente necesario a partir de una intensa
campaña propagandística de denuncia de los supuestos excesos
cometidos por el ejército en la represión del levantamiento de
octubre de 1934. A dicha campaña le acompañó una ofensiva,
auténtico terrorismo, especialmente dirigida contra la derecha
política y la Iglesia católica.
Ante esa agresión, la derecha política y el centro radical
adoptaron, en general, una actitud de resignación, acatando al
sistema republicano y buscando su mantenimiento, como barreras
que impidieran una generalización del enfrentamiento civil.
Estrategia, en definitiva, que no sirvió para evitar la
acometida mortal al régimen organizada, en diversos frentes, por
el conjunto de las izquierdas (los anarquistas tampoco salen
indemnes del juicio del historiador).
Pese a esa actitud legalista y acomodaticia de derecha y centro,
la izquierda no sólo no cambió sus planes, sino que los
radicalizó. Ello generó una respuesta simétrica en los
sectores más dinámicos y radicales de la derecha, movimientos a
los que se sumó un sector de la oficialidad del ejército y que
desembocaron en el alzamiento del 18 de julio; que interpreta
como una reacción "a la desesperada" de una derecha
acosada que no esperaba cuartel de la izquierda.
Previamente, mediante la maniobra del escándalo de
"straperlo", el Partido Radical había sido eliminado
de la escena política y el republicanismo conservador de Alcalá
Zamora no cuajó, privando todo ello al sistema de un
"colchón" imprescindible que amortiguara los
movimientos y presiones de derecha e izquierda, ambas camino de
la ruptura violenta con el régimen republicano.
No hay aspecto de relevancia que no sea objeto de la mirada y
juicio de Pío Moa, siendo especialmente crítico con el papel
jugado por los republicanos de izquierda (Azaña y demás
"jacobinos", a los que relaciona de manera evidente con
la entonces todopoderosa masonería española).
La guerra civil.
También estudia la guerra civil, de forma analítica, abordando
los principales factores que determinaron la sorprendente
evolución de una situación aparentemente desesperada para los
sublevados: tanto los aspectos políticos, diplomáticos,
militares, etc. Su afirmación de que la entrega de armas al
pueblo no sólo no apuntaló la resistencia de la república,
sino que supuso la liquidación de la misma en aras de un nuevo
régimen totalitario de fachada democrática (una especie de
anticipo de "democracia popular", tal como se vivió en
la Europa del este al término de la segunda guerra mundial), es
de una evidencia absoluta. Para ello se apoya en un agudo
análisis político y militar, del que no es ajeno una
inteligente visión del juego de las grandes potencias del
momento y de la diplomacia de ambos bandos.
Uno tras otro, los modernos mitos de la guerra civil caen por
suelo. Así, a juicio de Moa, por ejemplo: el bando nacional se
nutrió de voluntarios en mayor medida que el bando populista, la
intervención extranjera en absoluto estuvo polarizada por los
contingentes alemanes e italianos, la supuesta incompetencia
militar de Franco se basa en prejuicios y análisis de
"estrategia - ficción" más que en un estudio sereno
de los hechos, el SIM populista fue más efectivo para
disciplinar a las filas republicanas y eliminar a opositores del
estalinismo que en combatir a la "quinta columna"
(éste es uno de los aspectos más novedosos del libro), la
adquisición de armas fue más efectiva y honrada por parte del
sector nacional que por el populista, la entrega del oro a Moscú
fue una cesión inadmisible de soberanía, etc.
La importancia de
este texto.
Este texto de Pío Moa, con un buen nivel de ventas y una
satisfactoria recepción por los lectores, es importante por
varios motivos.
Rompe los esquemas de la historiografía mayoritaria, desvelando
que buena parte de sus premisas ideológicas son continuación de
los mitos esgrimidos por la propaganda izquierdista que incitó a
la guerra civil: por ejemplo, la represión desatada en zona
populista sería una reacción comprensible de la clase
trabajadora ante la agresión sufrida por un "ejército
fascista" defensor de los intereses de los poderosos. Es
decir, todo un conjunto de tópicos que no resisten la crítica
histórica.
Que el autor proceda de la extrema izquierda no es asunto
indiferente. Tiene una particular relevancia, pues afronta este
periodo histórico desde una perspectiva básicamente política,
con una especial consideración de la "agit - prop",
basándose para ello en un estudio de fuentes documentales
incuestionables y en el ejercicio del sentido común. Así, si
bien llega a conclusiones convergentes con las de autores ya
conocidos y denostados por la corriente mayoritaria (Arrarás,
Burnett Bolloten, Ricardo de la Cierva, etc.), el camino y los
razonamientos son en buena medida distintos, lo que proporciona
una credibilidad fuera de toda duda. Por otra parte, en su
análisis y descripción llega a algunas conclusiones y
perspectivas novedosas. Sorprende, por ejemplo, cuando afirma que
la violencia desatada por Falange lo fue con carácter defensivo
ante las agresiones de las Juventudes Socialistas, escapando con
tal afirmación de la demonización general desatada contra ese
grupo político (que además fue uno de los más castigados en la
represión producida en la guerra civil y que alcanzó fatalmente
a la inmensa mayoría de sus líderes y prácticamente a toda su
militancia en las provincias bajo control populista).
En definitiva. Se trata de un inteligente estudio, analítico y
muy documentado, del que se derivan numerosas conclusiones
"políticamente incorrectas", a la vez que realiza
aportaciones novedosas a la investigación sobre este periodo
histórico fundamental para la historia de España.
Finalizaremos reproduciendo el párrafo final de la obra
-esperamos en ello la comprensión de su autor- por considerarlo
de una lógica aplastante y de una razonable positividad.
"Se ha extendido hoy día una tendencia a despreciar a
las generaciones que hicieron la guerra, por fanáticas,
sectarias u obcecadas. Dudo que podamos juzgarlas quienes no
soportamos las tensiones psicológicas, ideológicas y
económicas de entonces. La tranquilidad y bienestar material de
hoy son bienes recibidos sin especial mérito nuestro. A nuestros
predecesores se debe el esfuerzo, mejor o peor orientado, del que
nos beneficiamos, y cuyos frutos tan fácilmente podemos echar a
perder con nuestra arrogancia. No repetir la historia exige,
entre otras cosas, apoyarse en ella, buscando acercarnos lo más
posible a su verdad y comprensión, sin usar el pasado como armas
arrojadiza o para envenenar la aceptable convivencia cívica
actual".
Fernando José Vaquero Oroquieta.
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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citando su origen.