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Dionisio Martín Sanz, fundador del Servicio Nacional del Trigo.
Ejemplo de la vocación política como servicio a la comunidad y de los ideales plasmados en una realidad de desarrollo y avance del Campo
Nacido en Tudela de Duero (Valladolid) el
17 de noviembre de 1909, ha fallecido el día 29 de enero de
2.002 en Madrid, después de una vida colmada de realizaciones
muy notables en campos muy variados. Con éstas líneas en su
homenaje, pretendemos resumir los itinerarios de un personaje
importante de la vida española del siglo XX.
En su vocación profesional, de ingeniero agrónomo, se hallan
dos rasgos distintivos de todas sus iniciativas: la racionalidad
y la excelencia. Para empezar con ésta faceta de su vida, se
podría decir que ya en 1934 gana un concurso internacional de
silos para forraje, pero, para no alargar la reseña, diremos con
sus propias palabras: "como empresario cultivador del
trigo he conseguido mejorar la productividad desde las 256 horas
que se empleaban para obtener una tonelada métrica, hasta las 8
horas que se emplean en la actualidad para obtener la misma
cantidad de cereal". El logro en sí mismo es
elocuente, y deja vislumbrar la preocupación del ingeniero por
la eficacia de la actividad laboral.
Su vocación política, de noble servicio a un mundo mejor
mediante la solidaridad, la justicia y la libertad, se forja en
los tiempos difíciles del Valladolid de los años 30 en la
estela nacionalista y sindicalista de Onésimo Redondo. Esta
vocación le acompaña también toda su vida y es más difícil
de resumir, entre otras cosas, porque, aunque hoy no se considere
políticamente correcta, hay que situarla en su contexto. El
sistema de partidos políticos entonces imperante se veía
desbordado para ofrecer soluciones a los problemas de la vida
española, y su crisis por falta de clases medias se transmite
hasta la juventud: para Dionisio la solución está en la llamada
"democracia orgánica", que se presenta como
alternativa a la llamada "democracia popular" que
propugnaban otros jóvenes de su tiempo.
Aunque se incorpora al frente de batalla al inicio de la que él
llamaba la "lucha fratricida", le reclaman para que
ejerza como Subsecretario del Ministerio de Agricultura con sede
en Burgos desde 1937 hasta 1939. Funda entonces el Servicio
Nacional del Trigo (luego SENPPA) cuyo objeto era ordenar la
producción y distribución del trigo, con una política de
precios garantizados para los agricultores; se encuentra con
grandes problemas de almacenamiento por la carencia de silos, que
obvia con la utilización de recintos eclesiales, lo que le trajo
algunos disgustos, pero fue decisivo para mitigar el hambre de la
postguerra.
En 1939 participa en una Comisión tripartita, formada por un
técnico (Larraz), un militar y un político, que tiene que
proponer el criterio finalmente adoptado en la Ley de Desbloqueo
para la unificación monetaria del dinero de ambas zonas; en ella
Dionisio influye con el sentido de equidad estadística que le va
a caracterizar en adelante.
Fue procurador en las Cortes Españolas desde 1943 hasta 1976 en
representación de la Organización Sindical. Miembro fundador de
su Consejo Económico y Social, entre 1956 y 1973 fue
vicepresidente y presidente de la Organización Sindical. Entre
1967 y 1974, fue vicepresidente de las Cortes Españolas y,
finalmente, Consejero del Reino en 1976 y 1977.
De su actividad política y sindical hay que destacar que entre
1959 y 1971 colabora con gran intensidad crítica y positiva en
la preparación de los tres Planes de Desarrollo que ha habido en
España. Al mismo tiempo, impulsa la negociación de convenios
colectivos de acuerdo con las reglas de equidad elaboradas con su
influencia, con lo que va perdiendo su carácter reivindicativo
para ir adoptando un carácter racional y contractual, que ayuda
al éxito en el desarrollo económico español de la época y a
la aparición de una amplia clase media. Por otra parte, la
Organización Internacional de Trabajo (OIT) admite en 1957 a la
representación de la Organización Sindical española y Dionisio
es nombrado delegado de los empresarios españoles en la OIT;
como tal interviene en seis ocasiones ante el pleno de la OIT en
Ginebra, tanto en temas internos como de difusión del concepto
de la democracia sindical española. Finalmente, en la
Transición, propone una solución mixta de democracia liberal y
sindical que no prospera.
De su vocación empresarial se puede decir que viene a
complementar las otras dos grandes vocaciones de Dionisio, dando
cauce a su entusiasmo emprendedor y a su pragmatismo preocupado
por la creación de riqueza. Aquí también encontramos
realizaciones muy destacadas: así, entre 1953 y 1972 constituye
y desarrolla la Empresa Nacional de Celulosas (ENCE); igualmente
entre 1956 y 1973, constituye y participa de forma muy señalada
en CIOHSA, la empresa que construye el Parque de las Avenidas de
Madrid en la salida a Barajas; participa en la odisea de la
rehabilitación de MAPFRE MUTUALIDAD, de la que fue presidente
entre 1955 y 1972; desde 1940 tiene AUTOCAMPO, empresa familiar
agrícola y urbanista; y la finca Torrubia, así como otras
empresas de menor entidad. Entre tantos éxitos, solamente hay un
fracaso, el de las empresas promovidas para la selección de
gallinas para puesta y la fabricación de piensos compuestos, que
le dejará una huella intelectual: una competencia leal entre
empresas debe de fijar un período de adaptación a las
condiciones del mercado internacional, lo contrario "es
poner a boxear un peso mosca con un peso pesado y tiene
consecuencias negativas para el nivel de empleo de una economía
nacional"; más tarde llegaría a la conclusión de que hay
que superar el concepto de economía nacional, configurando
unidades de mercado óptimas.
La triple actividad que acabamos de resumir se corona con una
última y más importante: la vocación científica y docente. De
entre sus publicaciones, cabe mencionar "El problema del
trigo y el nacional sindicalismo" (1937); "Técnica y
política agraria" y "El paro estacional
campesino" (1946); "Bases para la política agraria en
el desarrollo económico" (1963); "En las Cortes
Españolas" (1969); "La planificación de la economía
española en la Olimpíada de las ideologías" (1972);
"Ante la reforma sindical: del Movimiento Nacional a la
Democracia Sindical" (1976); "Ensayo de economía
política espacial" (1981); "La economía de la
productividad ilumina el futuro"(1995); otros estudios menos
conocidos, como "El desarrollo agrícola español",
"Estudios sobre la economía del aceite de oliva",
"Nueva reforma agraria".., y actividades de
divulgación como la fundación y contribuciones a la revista
Asociación Sindical de Productividad Agraria "ASPA"
entre 1962 y 1976, y múltiples conferencias en España y el
extranjero.
De entre sus aportaciones, destacan especialmente la elaboración
propia de un indice de medida de la concentración estadística
de forma simultánea o puede que previa al que hoy conocemos como
Indice de Gini, el establecimiento de un límite a la presión
fiscal que se anticipa un año al adoptado en su día por el
Informe Carter, o la determinación de la unidad de productividad
en 0,12207 kilogramos de trigo por hora de trabajo lo que le
permite homogeneizar las variables económicas y realizar una
"verdadera" interpretación materialista de la
Historia.
Todas sus ideas están continuamente sujetas a verificación y,
en su caso, a refinamiento o rechazo: para cada problema un
estudio, por cada estudio una experiencia, de cada experiencia
una publicación, sin otro compromiso que el de ir siempre a la
búsqueda de la mejor solución. Dionisio nos muestra aquí la
racionalidad y excelencia del ingeniero, la preocupación social
del político, la imaginación e iniciativa del empresario, pero
sobre todo ello muestra su lealtad humana, esa actitud de
castellano viejo que le trajo bastantes incomprensiones y
numerosas satisfacciones. Descanse en paz.
José Antonio Santos
Ayuda
a los hermanos argentinos, pero a través de las
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