El lunes 15 de marzo, Zapatero explicaba su triunfo electoral en la voluntad de "cambio" que existía en la sociedad española. Sus acólitos se desdicaron jornadas enteras y argumentar y repetir la tesis hasta que calara en la opinión pública. Ya saben: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Zapatero sabe que incumple el mandamiento de "no mentirás". Sus acólitos también. Los votos por correo ofrecen un buen indicador del factor 11M en el vuelco electoral. Aunque la verdad debe de importar poco cuando uno se ve como inquilino de la Moncloa. Sea. Admitido el sorprendente y atípico triunfo electoral es la hora de repasar el programa electoral. ¡Sorpresa! El PSOE se apresura a retirarlo de su página web el mismo lunes 15 de marzo por aquello de la transparencia. Obviamente saltan las alarmas y los fontaneros de Ferraz de disponen a republicarlo. Como todos sabemos, el programa se basa en la mejora de la productividad y de las prestaciones sociales. Para ello, el PSOE se dispone a incrementar el presupuesto en I+D hasta hacerlo converger con la media de inversión de la Unión Europea. Esto nos permitiría ganar la batalla de la competitividad y luchar eficazmente contra el preocupante fenómeno de la deslocalización industrial y de servicios. Además, incrementará la cuantía y la dotación de las becas de investigación, mejorará las pensiones más bajas, fijará el salario mínimo interprofesional en 600 euros al mes y mejorará la enseñanza pública Todo ello se financiará con respeto al equilibrio presupuestario y con cargo al ahorro presupuestario del plan de austeridad de la administración pública que recortará un 2 por ciento los gastos corrientes. "Nunca lo hizo, lo cual no quiere decir nada salvo que nunca lo hizo", señalaba Mariano Rajoy en el Colegio de Economistas. El mismo líder de CCOO, José Maria Fidalgo mostraba su escepticismo sobre la posibilidad de garantizar la viabilidad de la Seguridad Social al tiempo que se mejoran las pensiones más bajas. La experiencia de gobierno de la larga década felipista no fue de austeridad, sino de derroche. Pero Zapatero no es González. ¿O si? Veremos. Por otra parte, Zapatero ya ha anunciado que la reforma fiscal se realizará en la segunda legislatura. Finalmente será Pedro Solbes quien deberá de aplicarse a la calculadora para cuadrar el círculo. Y quien tendrá que vender a la opinión pública que rebajar el impuesto de sociedades al 30 por ciento y colocar el tipo único del IRPF en el mismo porcentaje y sin deducciones es una política de izquierdas. Mala venta en la que un joven hipotecado observa como su beneficio fiscal desaparece mientras que la gran empresa paga menos. ¿Socialismo? La política de vivienda se dirigirá a la promoción de viviendas sociales. Un buen proyecto que debería de ir acompañado de un Pacto de Estado entre partidos políticos, comunidades autónomas y ayuntamientos para que liberasen suelo y rebajasen la repercusión sobre el precio de la vivienda. Además, el PSOE ha rescatado el non nato proyecto de Gallardón "el Ausente" de establecer un IBI reforzado sobre la viviendas desocupadas. Una medida que penaliza fiscalmente a los especuladores bajo el principio de la "hipoteca social". Sin embargo, el IBI reforzado tiene algunos problemas técnicos de aplicación. Y sobre todo, aisladamente resulta ineficaz para lograr el objetivo de liberar viviendas al mercado de alquileres. Es necesario que junto al incentivo negativo se arbitren incentivos jurídicos y judiciales para que la propiedad alquile. Un mensaje que de momento no ha sido emitido ·- ·-· -··· ·· ·-· Luis Losada |