En la
actualidad ¿por qué se habla tanto de la recuperación de la Memoria Histórica? ¿recuperación de qué memoria? y ¿con qué objetivo y finalidad?
A mi entender en España estamos
viviendo un proceso revolucionario de transformación total, que abarca desde
los cimientos sobre los que se fundamenta nuestra sociedad española y
occidental a la forma política, social y económica que hemos venido teniendo
hasta el presente. Se trata de la destrucción de España como Estado y nación y
también de nuestra sociedad y de nuestras raíces. Esto es, realizar la
transformación de la conciencia individual y colectiva atacando la intimidad
que nos sustenta como sociedad y nación-pueblo, en esencia: las instituciones
liberales, la moral cristiana y la familia. En definitiva, se trata de destruir
el sistema constitucional de 1978.
Para
realizar esta transformación revolucionaria se requiere concienciar a la
sociedad de la necesidad de tal revolución y justificarla. Rodríguez Zapatero,
en su discurso de investidura (15/03/2004) y en el debate del Estado de la Nación (11/05/2005), abría este camino diciendo: “los hombres y mujeres de nuestro país
quieren caminar hacia ese horizonte” avanzando “en el camino de una orientación
social progresista estableciendo […] nuevos y sólidos cimientos”, quieren
“construir un horizonte esperanzador en un país diverso” en nombre de “la causa
de la paz”, de “la igualdad”, de la “cohesión social y territorial” en una
“España plural”.
Es aquí,
en el terreno de la justificación y del testimonio, donde entra la utilización,
manipulación y sesgo de la Historia que es leída en función de este proyecto
político.
La primera
acción es moldear la mentalidad-cultura de la sociedad para predisponerla hacia
la transformación revolucionaria. Y esto se hace utilizando la Historia. La historia se convierte en mensaje con el cual se machaca la conciencia social: el
cambio y proyecto que se pretende no es algo nuevo. Es algo que ya se intentó y
que era y es bueno y que sólo fracaso por culpa del mal, encarnado en todos
aquellos que de una u otra forma no quisieron someterse a tal proyecto. Por
desgracia, las sombras y el mal triunfaron (franquismo) sobre el bien,
resultando inmensas desgracias personales y colectivas. Este es el parámetro
que se utiliza para interpretar, especialmente, un período de nuestra historia.
Establecido dicho parámetro se
reconstruye la historia y se vende al gran público mediante un armazón
estructurado por un trenzado de grupos y entidades (culturales, educativas,
deportivas, políticas y medios de comunicación). Indudablemente, todos aquellos
datos objetivos que contradigan algún aspecto de dicho discurso interpretativo
son eliminados.
Ante todo esto, los historiadores
tenemos una gran responsabilidad. Debemos denunciar de forma clara la creación
de esta “nueva historia” que poco tiene que ver con la verdad histórica. Pues
bien, recuperemos la memoria histórica en 14 puntos:
1. La propaganda y la
historiografía marxista y nacionalista han presentado el proceso electoral de
1931 como un plebiscito popular a favor de la República. Nada hay más lejos de la realidad. No fue un referéndum ni unas elecciones a Cortes
Generales. Se trató de unas elecciones municipales celebradas en dos fases (5 y
12 de abril) y en medio de un estado de miedo y terror, por ejemplo:
- Barcelona: 20 guardias muertos,
asalto de los manifestantes a la sede de la Generalidad izando banderas rojas, asalto al mercado de la Boquería, quema de la Iglesia de Belén. Asalto a las sedes de la Lliga Regionalista y del partido Carlista.
- Bilbao: los manifestantes atacan
con a la policía, 10 policías muertos. Incendiado por las izquierdistas el diario
La Gaceta del Norte.
- Palencia: asesinado el
sacerdote Sotero de Diego de una paliza, le clavaron
un palo en el pecho y lo pasearon por la ciudad.
- Valencia: asalto e
incendio del convento de los Dominicos, Adoratrices, colegio de las Teresianas,
colegio de los Capuchinos, Colegio de los Carmelitas, Salesianos, Salesianos,
Agustinos, Centro Escolar y Mercantil, Residencia de Jesuitas, colegio de Santo
Tomás, el Palacio Arzobispal.
- Málaga: asalto e incendio
del Palacio Arzobispal, la de la sede de la Compañía de Jesús, el colegio de los Maristas, el diario La unión mercantil, la iglesia de los Capuchinos, la parroquia de
San Pablo (al párroco se le cortó la cabeza y se la paseó por la ciudad), del
colegio de la Asunción, de la Sagrada Familia, de las Adoratrices, de San Carlos, el convento del Ángel, el de las Mercedarias, la iglesia de San José de la Montaña y de la Merced. 5 Muertos en toda esta
orgía.
- Sevilla: incendiados el colegio
de los Jesuitas, la iglesia del Buen Suceso, la iglesia de los Carmelitas y la
capilla de San José de los capuchinos.
- Madrid: asalto aun local
monárquico en la calle de Alcalá con incendio de vehículos. Asalto a la sede del diario ABC. Incendio del convento de
Jesuitas, del centro de enseñanza de Artes y Oficios, el Colegio de los Padres
de la Doctrina Cristiana (escuela para niños de obreros), de las escuelas de
salesianos, asalto a la casa profesa de los Jesuitas de la calle de la Flor (se perdió en las llamas su biblioteca, que era considerada la segunda de España tras la Biblioteca Nacional, y que contaba con 80.000 volúmenes). Asalto y quema de la iglesia de
Santa Teresa, del Instituto Católico de Artes e Industrias perdiéndose su
biblioteca (20.000 volúmenes), del colegio de las Maravillas (destrucción de su
centro de investigación científica y su museo de mineralogía), de convento de
las Mercedarias de San Fernando (donde se desenterró a las religiosas y se las
paseó por la ciudad), del Colegio de las Salesianas, del colegio de Religiosas
del Sagrado Corazón, del convento de las Bernardas.
2. La
primera ronda electoral se celebró el 5 de abril dando como resultado 14.018
concejales monárquicos y 1.832 republicanos. La segunda ronda se celebró el 12
de abril dando como resultado 22.150 concejales monárquicos y 5.775
republicanos. Por lo tanto, y pese a todo, malísimos resultados republicanos y
de las izquierdas. Sin embargo, la victoria republicana y socialista en grandes
núcleos urbanos fue suficiente para provocar la extensión del pánico, para la
desbandada general y para la deserción de los pusilánimes monárquicos (incluido
el rey). Aquella misma noche del 12 de abril el general Sanjurjo -al mando de la Guardia Civil- puso telegrama apuntando que no contendría un levantamiento contra la
monarquía. Desde las filas anarquistas Durruti declaraba, en la concentración
anarquista en Madrid el día 30 de abril: “La República apenas si nos interesa” porque era un simple estado transitorio utilizado como
medio para alcanzar los objetivos revolucionarios.
3. El
resultado de todo este proceso fue una República nacida de un Golpe de Estado
encubierto por unas elecciones municipales que la manipulación, la propaganda y
el ambiente de terror -creado por republicanos, las izquierdas y los
nacionalistas- hicieron pasar por un plebiscito popular. Nació, así, una
República sustentada sobre una constitución que invitaba “a la guerra civil”,
en palabras del propio Alcalá Zamora en Los defectos de la constitución de
1931. Una República que desde el principio tomó como sus enemigos principales
a las derechas y a los católicos y cristianos en general. Una República que
dividía, separaba y “calificaba” a las personas, a las clases sociales y a los
españoles en buenos y malos.
4. La
situación descrita se volvió a repetir en enero de 1932: una insurrección
socialista-anarquista que afectó a amplias zonas de Cataluña, Andalucía (aquí
se inserta los sucesos de Casas Viejas), Madrid (donde se asaltó el ministerio
de la guerra y el palacio de comunicaciones), las dos Castillas, Extremadura, La Rioja, Asturias. Los responsables de tal destrucción no tuvieron castigo, siguieron en sus
cargos y escaños. La consecuencia directa fue que la turbulencia revolucionaria
se incrementó provocando el golpe de Estado de Sanjurjo de 8 de agosto de 1932.
5. Incremento del vendaval revolucionario durante 1933. Por
ejemplo Largo Caballero declaraba en Madrid el 1 de octubre de 1933 en mitin de
campaña de las elecciones generales de noviembre:
“nuestro partido es revolucionario y creemos que debe desaparecer este
régimen (…) el progreso político de la clase obrera no tendrá más remedio que
estallar algún día”. Por su parte Prieto declaraba, en sesión de Cortes de
aquel octubre, que: “en nombre del grupo parlamentario socialista declaro que
la colaboración del Partido Socialista con los gobiernos republicanos,
cualesquiera que sean sus características o tendencia, han concluido
definitivamente”. Al día siguiente su periódico El Liberal de Bilbao apoyaba
esta declaración.
6. El 19
de noviembre de 1933
se celebraron las segundas elecciones generales de la Segunda República y fueron las primeras en las que hubo sufragio
universal en España. Pese a toda la referida violencia y coacción
el cuerpo electoral se inclino por las candidaturas de derechas, que prometían
imponer el orden constitucional. Los resultados electorales fueron: 8.535.200
votos emitidos, 3.365.700 fueron para partidos de derechas, 2.051.500 para
partidos de centro y 3.118.000 para los partidos de izquierda.
7. La pérdida del control de la República por parte de la izquierda, su repetido fracaso revolucionario y la clara decisión
de las derechas de imponer el orden constitucional llevó a las izquierdas a una
nueva intentona revolucionaria contra la República: Octubre de 1934.
8. Octubre de 1934: está científicamente demostrada la implicación
directa de los partidos y sindicatos anarquistas y del PSOE, especialmente de
Prieto y su grupo. La revolución estalló el 4 de octubre en Madrid, Andalucía,
Asturias, Cantabria, Guipúzcoa, Vizcaya, en diversas zonas de Castilla (León,
Albacete) y de Aragón (Zaragoza). Se vieron afectadas 26 provincias.
9. El caso de Asturias: 2 semanas de revolución con 2000 muertos
en combates, más de 200 paseos, infinidad de heridos, 18.000 detenidos. A todo
ello hay que sumar las pérdidas materiales y del patrimonio cultural (quema de
conventos, iglesias, obras de arte, bibliotecas). Prieto huyó al extranjero y
Largo fue detenido junto a dirigentes socialistas y anarquistas.
10. El caso de Cataluña: Está científicamente demostrada la
implicación de Esquerra Republicana -con Companys a la cabeza- en el golpe de
Estado contra la República. El día 6, a las 6 de la tarde Companys se reunió con el comandante militar de Barcelona,
general Batet, en la «Casa dels Canonges». Batet le aseguró que utilizaría
todas sus fuerzas para liquidar la sublevación. Pero Batet sólo contaba con
cinco compañías. La reunión acabó a las 7 de la tarde y después Companys salió
al balcón de la Generalidad y realizó el siguiente discurso:
Acusó a “las fuerzas monarquizantes y
fascistas” de dar un golpe de estado y haber asaltado el poder, y añadía: “los
núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña,
constituyen el soporte de las actuales instituciones”, por lo que “la República, en sus fundamentales postulados democráticos, se encuentra en gravísimo peligro”.
Por eso “todas las fuerzas auténticamente republicanas de España y los sectores
sociales avanzados, sin distinción ni excepción, se han levantado en armas
contra la audaz tentativa y fascista”. En consecuencia “la Cataluña liberal, democrática y republicana no puede estar ausente de la protesta que triunfa
por todo el país […] Cataluña enarbola su bandera y llama a todos al
cumplimiento del deber y a la obediencia absoluta al Gobierno de la Generalidad que desde este momento, rompe toda relación con las instituciones falseadas […]
el Gobierno que presido, asume todas las facultades del Poder en Cataluña,
proclamo el Estado Catalán”. Y acababa: “Catalanes: La hora es grave y
gloriosa. El espíritu del presidente Maciá, restaurador de la Generalidad, nos acompaña. Cada uno en su lugar y Cataluña y la República, en el corazón de todos (…) Viva la República y Viva la libertad.- Palacio de la Generalidad, 6 de octubre de 1934”.
Seguidamente el ayuntamiento de Barcelona se
reunió en pleno y apoyó la declaración de Companys. Después Batet proclamó el
estado de guerra y sacó a la calle a sus cinco compañías que se dirigieron al
centro de la ciudad y lo ocuparon. Bastó un puñado de soldados para deshacer la
insurrección contra la República y detener a sus dirigentes durante la noche
del día 7 al día 8. Dencàs y Badía huyeron literalmente por el alcantarillado
de la ciudad. Durante los dos días que duró la insurrección volvieron a arder
iglesias y centros políticos y sociales de la Lliga y de los no-nacionalista, de los monárquicos y de los católicos, y volvieron las “detenciones”
arbitrarias, las torturas y los paseos especialmente en la carretera de la Rabassada.
11. Situación de la República en 1935: a) entre 1931 y 1934 las izquierdas se habían sublevado dos veces contra la República que ellos mismos habían impuesto con un golpe de Estado. b) A partir de 1935
asistimos a un proceso de liquidación del Régimen llegando a finales de
diciembre cuando Alcalá-Zamora vio madura la situación para
liquidar el parlamento. Alcalá Zamora suspendió el parlamento lo que suponía un
nuevo golpe de Estado. Ante las protestas de la derecha el presidente de la República no tuvo más remedio que convocar elecciones en dos vueltas, el 16 de febrero y el 1
de marzo.
12. Elecciones generales
de 1936:
- Primera vuelta, 16 de febrero: pese a todos los esfuerzos de las
izquierdas por dividir a la sociedad en dos bloques antagónicos ésta se
resistía. No es cierto que se presentasen dos bloques portavoces de dos
Españas. Tres fueron los bloques electorales que obtuvieron los siguientes
resultados: Frente
Popular (en Cataluña y Valencia, Frente de Izquierdas o Front
d'Esquerres) con 4.654.116 votos y 263 escaños; Frente Nacional (en Cataluña, Frente
de Orden o Front d'Ordre) con 4.503.505 votos y 156 escaños; Bloque de Centro
(PNV, LLiga, centristas, progresistas, liberales) con 562.651 votos y 59
escaños.
- Segunda vuelta, 1 de marzo: solo celebrada en algunas provincias ante
el clima de guerra civil creado tras el 11 de febrero.
13. Tras las elecciones de febrero de 1936 el nuevo gobierno del
Frente Popular, dirigido por Azaña, se planteó dinamitar los restos el Régimen
mediante tres acciones: ocupación y control de las instituciones, destrucción
del ordenamiento jurídico, violencia callejera generalizada:
a) Ocupación y control de las
instituciones: proceso de revisión de actas llevada por la Comisión de Actas, controlada por el Frente Popular. Por este método cambiaron
de titularidad 32 escaños: los partidos de derecha perdieron 37 quedando en 131
escaños. El Frente Popular ganó 14 quedando en 277 escaños y el centro ganó 6
escaños. Los partidos de derecha abandonaron las Cortes. Algunos, como La Pasionaria, exigían la impugnación de todas las actas de la derecha porque, decían,
era indiscutible que los diputados derechistas sólo habían podido conseguir sus
actas con fraudes, amenazas e intimidaciones. De tal modo las Cortes quedaron
en manos del Frente Popular. Objetivo: eliminada la derecha de las Cortes éstas
podían convertirse en Cortes Constituyentes que darían nacimiento a un nuevo
régimen. Similares acciones se llevaron en el resto de las instituciones, tal
fue el caso de la Justicia.
b) Ocupación del Poder Judicial:
expulsar a todos los jueces que no apoyen el cambio de régimen y controlar el
nombramiento de los jueces y composición de los tribunales. Por ejemplo, el gobierno
se abrogó la facultad de nombrar directamente los cargos de la justicia municipal.
El 9 de junio el gobierno creó un tribunal especial para vigilar a los
magistrados. Este tribunal estuvo formado con mayoría de presidentes de
asociaciones de izquierda.
c) Violencia callejera
generalizada: La situación fue orquestada desde el gobierno. El día 15 de marzo
el gobierno afirmó que “el estado actual del orden público es satisfactorio”.
Pero Azaña, en sus diarios, reconocía el 17 de marzo que:
“hoy nos han quemado Yecla: 7 iglesias, 6 casas, todos los centros
políticos de la derecha y el registro civil de la propiedad. A media tarde,
incendios en Albacete, Almansa. Ayer, motín y asesinatos en Jumilla. El sábado
Logroño. El viernes Madrid: 3 iglesias. El jueves y el miércoles, Vallecas (…)
han apaleado (…) a un comandante vestido de uniforme que no hacía nada. En
Ferrol, a dos oficiales de artillería (…) creo que van más de doscientos muertos
y heridos desde que se formó el Gobierno, y he perdido la cuenta de las
poblaciones en que han quemado Iglesias”.
- El 24 de mayo Largo Caballero realizaba un discurso de guerra civil:
“Cuando el Frente Popular se derrumbe -anunció-, como se derrumbará sin
duda, el triunfo del proletariado será indiscutible. Entonces estableceremos la
dictadura del proletariado, lo que… quiere decir la represión… de las clases
capitalistas y burguesas”.
- 15 de junio de 1936: la izquierda revolucionaria llamaba a otro golpe.
El diario Claridad (de Largo) en su editorial del 15 de julio decía:
“la lógica histórica aconseja soluciones drásticas (…) si el actual
estado de alarma no puede someter a las derechas, venga cuanto antes la
dictadura del Frente Popular (…) Es la consecuencia lógica e histórica:
dictadura del Frente Popular ¿no la quiere el actual gobierno? Pues sustitúyale
un gobierno dictatorial de izquierdas (…) ¿las derechas no quieren la paz
civil? Pues sea la guerra civil a fondo?”.
-16 de Junio de 1936: En la sesión parlamentaria Ángel Galarza (partido
Radical Socialista) ministro de la gobernación de Azaña, justificaba el
asesinato de Calvo Sotelo:
“la violencia contra el jefe del partido monárquico -Calvo Sotelo- no
sería un delito incluso hablando de un atentado contra su vida”. Calvo Sotelo
replicó: “Su señoría es hombre fácil y pronto para las palabras de amenaza. Le
he oído 3 o 4 discursos en mi vida, los 3 o 4 desde ese banco azul, y en todos
ha habido siempre amenazas de muerte. Bien, me doy por notificado de la amenaza
de su señoría. Yo digo lo que Santo Domingo de Silos respondió a un rey
castellano: "Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis".
Amenazas muerte como estas, lanzadas desde los bancos de la izquierda, se
volvieron en habituales en plena sede parlamentaria.
- 17 de julio de 1936: Gil Robles denuncia en el parlamento los
desordenes habidos desde el 1 de Febrero hasta el 15 de Junio, 160 iglesias
destruidas. 251 asaltos de templos, incendios sofocados, destrozos, intentos de
asalto. 269 Muertos. 1.287 heridos de diferente gravedad. 215 Agresiones
personales. 69 Centros particulares y políticos destruidos. 113 huelgas
generales y 228 huelgas parciales. 10 periódicos destruidos, todos de derecha.
83 Asaltos a periódicos, intentos de asalto y destrozos. 146 Bombas y
artefactos explosivos. 38 recogidos sin explotar. Margarita
Nelken interrumpió el relato de Gil Robles gritando “y lo que durará”. A estos
gritos se unieron otros diputados como Ibárruri y Carrillo. Gil Robles
respondió indeciso y temeroso: “advierto que las interrupciones que tengan
carácter ofensivo, viniendo de algunas personas para mí no lo son”.
14. Conclusión: entre el 17 y 18 de julio de 1936:
La guarnición de Melilla se sublevó. La insurrección de las tropas de
Melilla obligó a los conjurados en la península a dar un paso que habían estado
retrasando. Casares se encontró ante la siguiente situación: a) llamar al
ejército en contra del ejército y encontrarse con una situación similar a la de
Alfonso XIII, la desobediencia de la alta oficialidad y la caída de la República igual que la Monarquía. b) destituir a la mayoría de la alta oficialidad, en este
caso ¿quién poner a dirigir el ejército? A la oficialidad media pero ¿se podía
fiar de la oficialidad media? O bien a los dirigentes de las milicias, pero en
esto significaría la revolución y el final de la República. c) dejar las cosas del ejército como están y llamar a las milicias, pero en esto
también significaría la revolución y el fin de la República.
Casares optó por la primera opción limitando las destituciones de la alta
oficialidad y amenazando con fusilar de inmediato a todo el que intentase
asaltar cuarteles y repartir armas entre la población. Pretendía solucionar
este golpe siguiendo la táctica puesta en marcha contra el golpe de Sanjurjo y
la revolución del 34. Sin embargo durante todo el día 17 Casares se encerró en
su despacho. Estaba asustado y hundido, no hablaba con nadie, no recibía a
nadie, no llamaba a nadie. En la madrugada del día 18 Azaña decidió destituirle
y nombrar presidente del gobierno a Martínez Barrio. Barrio intentó mantener la
idea de Casares de enfrentarse al golpe siguiendo la táctica de 1932 y 1934.
Sin embargo el día 18 el ejército estaba en sus cuarteles, la guardia de asalto
y los carabineros se habían retirado de las calles y las milicias comenzaban a
levantabar controles, registraban a los ciudadanos, realizaban detenciones
arbitrarias y los paseos se habían convertido en la normalidad cotidiana de
Madrid.
A las 3 de la tarde del día 18 Martínez Barrio telefoneó a los capitanes
generales de las regiones militares y a los capitanes generales de las cinco
divisiones del ejército. Estos se mantenían a la espera, no estaban decididos
ni a favor ni en contra. Sólo las capitanías generales de Zaragoza, Burgos y
Pamplona dieron un “No” a Martínez Barrio. Al caer la tarde las masas ya
estaban alborotadas. En las calles pedían la destitución de Martínez Barrio,
asaltaban cuarteles y dependencias policiales y se repartían armas. Barrio fue
presa del pánico. A la noche preparó su equipaje y a las cinco de la madrugada
del 19 salió hacia Valencia sin comunicarlo a nadie. Durante las primeras horas
de la mañana del día 19 Azaña intentaba hablar con presidencia del gobierno
pero nadie respondía, ni siquiera el secretario ni los funcionarios. Azaña se
desplazó a presidencia de gobierno y vio que estaba abandonada. Azaña llamó a
palacio a José Giral (acción republicana-izquierda republicana) y le ofreció el
gobierno. José Giral cambió de táctica y aceptó la realidad de que las milicias
ya controlaban las calles de Madrid y eran la auténtica fuerza. Esto significa
un golpe de Estado revolucionario contra la República asumido y propiciado por las propias instituciones de la República.
En Barcelona la situación fue similar a la de
Madrid. Entre el 17 y el 18 las milicias habían tomado las calles y levantaron
controles. En las proximidades de la Capitanía General y del cuartel de Atarazanas se levantaron barricadas. Companys y su
gobierno estaban superados por la situación. Los funcionarios de la Generalidad no acudían a sus centros de trabajo y estos cerraron y la Generalidad dejó de dar sus servicios. Companys optó por seguir el ejemplo de Giral en Madrid
e intentó que la realidad de la calle fuese asumida por la Generalidad. Así coordinó de forma ordenada y legal el reparto de armas, los puestos de
control, los registros ciudadanos, las detenciones. La revolución era asumida
por la Generalidad. ·- ·-· -······-·
Antonio R. Peña
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