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Editorial.
Nosotros, como Giménez, no podemos hacernos solidarios de algunas de las personas o de los movimientos sociales, políticos o ideológicos que existen en nuestra sociedad, solo por el hecho de pertenecer a nuestra generación y que sin embargo, operan contra la causa del Orden Natural. No es la generación la unidad histórica, sino el Ciclo espiritual.
La generación es lo fugaz, lo efímero, la moda y no el modo histórico. La generación es una entidad vitalista, mecánica. Es un concepto materialista de la historia. No hay "Ideas" propias de las generaciones. Solo existen "Ideas" y creencias de ciclos espirituales.
Nosotros nos sentimos unidos en nuestra voluntad de destino, en nuestro ciclo creador, a cuantos han sido en la historia defensores de los valores, permanentes, por los que apostamos:
La Vida, como don sagrado y primero de los derechos, la Familia, célula básica de la estructura social, la Educación en ideas veraces y claras y con valoraciones éticas seguras, la dignificación del Trabajo, la Unidad histórica, territorial y social de la Nación, y la Regeneración moral y material completa de España y del mundo.
El ciclo espiritual es como las carreras de equipos en la transmisión de una señal, de un fuego eterno y sacro, a través del espacio y del tiempo. Es el mismo combate que se reanuda - a veces tras años o siglos de armisticio o derrota- hacia un ideal siempre absoluto de triunfo.
Esa seguridad en la consecución de los objetivos finales nos hace trabajar, para, sino nos corresponde llegar a la meta, esforzarnos en que nuestro relevo constituya un avance en el progreso y la difusión de los valores que dan dignidad al ser humano.
Por ello, y siguiendo el consejo de Seneca, ante un medio ambiente que muchas veces puede resultar adverso a estos principios, te pedimos que no te dejes vencer por nada extraño a tu espíritu; piensa en medio de los accidentes de la vida que tienes dentro de ti una fuerza madre, algo fuerte e indestructible, como un eje diamantino, alrededor del cual giran los hechos mezquinos que forman la trama del diario vivir; y sea cuales fueran los sucesos que sobre ti caigan, sean de los que llamamos prósperos o de los que llamamos adversos, o de los que parecen envilecernos con su contacto, manténte firme y erguido, que al menos se pueda decir siempre de ti que eres un hombre.
Hombres, en el sentido pleno de concepto, es lo que hay que buscar, reunir y poner en movimiento, para que sirviendo a la comunidad, transformen positivamente una sociedad dirigida actualmente por unos gobernantes, que como parodiaba Madariaga, son tan "amantes de la libertad" que no contentos con la suya se quedan con la de los demás y han ido creando un sistema opresivo. Una opresión , con la que muchos "bien pensantes", sin ganas de lucha, y de forma comodona, o cobarde-, porque de antemano se saben vencidos, quieren contemporizar.
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"ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil
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