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Montesquieu (I)
Este pensador, es un claro ejemplo del liberalismo aristocrático, pero, entroncado con su ideología monárquica.
La personalidad de Charles-Louis de
Secondat, señor de la Bréde y barón de Montesquieu, es
inseparable del periodo denominado, comunmente, de la
Ilustración; al igual que está, no se puede concebir sin la
presencia del que fue presidente del parlamento de la Guyene, en
Burdeos, que , junto a Jean Jacques Rousseau, forma la columna
vertebral del pensamiento político, en ese momento de la
historia de Francia, y , por proyección, de la europea.
El pensamiento de la Ilustración se podría definir como el de
la secularización, lo cual conlleva a un nuevo concepto del
individuo, esto es, el interés particular, en este mundo, frente
a un bien posible, en un hipotético más allá.
Ahora bien; este individualismo no se queda ahí, en lo
especulativo teológico, si no que incide en la política
terrenal, al considerar que el bien, o mejor dicho, la
¨felicidad¨ es la suma de los intereses particulares, que
pueden estar antes, e incluso en contra, de los intereses del
príncipe.
A partir de ese momento- según la filosofía de la Ilustración
-se ha conseguido la mayor felicidad para el mayor numero de
individuos, postulado que se traducirá, posteriormente, en el
trilema de la Revolución Francesa .
Además del individualismo, de la laicización de la sociedad y
de la búsqueda permanente de la felicidad, aparecen, en el
frontispicio de la Ilustración, el amor por el estudio de la
ciencia y de la naturaleza, un nuevo concepto de virtud
proyectado sobre el resto de la humanidad, asimilada a la
utilidad y la entronización de la razón, de una razón
universal que nos guía, indefectiblemente , a la verdad, a la
felicidad y al progreso, o , como diría George Sabine: ¨En
conjunto, la creencia en que el destino del hombre residía en su
inteligencia, era una fe honrada, más humana que la religión
que le precedió, o de la religión del sentimentalismo que le
siguió¨ (Historia de la Teoría Política).
El autor ¨Del espíritu de las leyes¨ es producto, y a la vez
causa, de este entramado filosófico-político-social.
Para analizar la obra objeto del presente trabajo, hemos de
trazar, sin duda, un leve bosquejo de la personalidad de autor,
si bien teniendo siempre presente que ¨El espíritu de las
leyes¨ no desarrolla todo el pensamiento de Montesquieu, aunque
desarrolla mucho de él.
El examen de su personalidad lo podríamos dividir -de un modo
evidente muy superficial para no extendernos- en dos vertientes:
La política, en el sentido de reflejar el estatus social que
tenía la sociedad de aquel momento , y, la formación
ideológica.
Cabe resaltar dentro del primer apartado, la procedencia
aristocrática, aunque perteneciera a la nobleza de la ¨Robe¨.
Esto , sin duda, le conformó su pensamiento político, plasmado
tanto en ¨El espíritu de las leyes¨, como en el resto de sus
obras. Montesquieu, por ese motivo, no fue nunca un
revolucionario, si no, más bien un reformista.
Este pensador, es un claro ejemplo del liberalismo
aristocrático, pero, entroncado con su ideología monárquica.
Esta síntesis quedó demostrada en esta frase de ¨El espíritu
de las leyes¨: ¨sin monarca, no hay nobleza; y, sin nobleza, no
hay monarca¨.
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Gerundensis (continuará) *
"ARBIL,
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