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Los mas pobres entre los pobres.
Una variedad de pobreza que reune a millones de personas
En "la cultura de los
satisfechos", a algunos que realmente les va bien,
quieren que les vaya mejor. Algunos que viven con notable
desahogo, se oponen enérgicamente a todo lo que pueda suponer un
peligro, no de toda su comodidad sino de una parte de ella. Por
eso nuestra cultura de la satisfacción es reacia a cambios
estructurales, y sólo tolera pequeños avances y cambios
estéticos. Y aunque cada vez son más los que protestan contra
el hambre y la pobreza de una gran parte de la humanidad y
manifiestan una seria preocupación por el futuro, lo cierto es
que no constituyen todavía una clara amenaza para la mayoría
electoral.
Nuestra cultura de la satisfacción se muestra tolerante con las
enormes diferencias de ingresos y rentas que hay en nuestra
sociedad y con el abismo de desigualdad que existe entre los
países.
No cabe duda que la ética debe jugar un papel crucial en la
construcción de un futuro mejor y en la lucha contra la pobreza.
La ética individual y comunitaria; la ética en el poder y en la
sociedad civil organizada. Nada pueden temer más la injusticia y
los defensores del actual status quo planetario que la unión y
la acción organizada de la gente frente a ella. En este inicio
de milenio, si la sociedad civil encuentra el modo eficaz de
encaminar su acción autónoma y consciente, podrán abrirse las
puertas de ese callejón ecológico, económico y social en el
que está sumida. El mundo está cercado por esta realidad: tres
de cada cuatro mujeres, hombres y niños, son pobres. En la
actualidad, 1.300 millones de personas viven con menos de un
dólar por día; 800 millones sufren hambre y desnutrición
crónica; 200 millones mueren anualmente antes de alcanzar los
cinco años de edad. Más de la cuarta parte de la población
mundial no dispone de agua potable, de instalaciones sanitarias,
de atención médica... Una inmensa cantidad de hombres y mujeres
que pueblan la Tierra contemplan su presente y su futuro más
inmediato sin ninguna esperanza. En los últimos años de bonanza
económica ha aumentado la pobreza y el hambre en el mundo. Ha
aumentado la exclusión de la mayoría de la población en la
toma de decisiones sobre su vida y su futuro. Ha decrecido el
acceso a lo más básico: la tierra, el uso de los bienes, los
avances técnicos, el alimento, el vestido, la salud, la
educación.
La pobreza es una realidad presente también en los países
ricos, en las llamadas "sociedades desarrolladas".
El progreso de la tecnología, la aparición de nuevos países
industrializados que se valen de una mano de obra mucho más
barata, y otro tipo de razones de carácter no sólo económico
sino también político, social y cultural, han modificado
totalmente las reglas de juego. La pobreza y la miseria avanzan
también en importantes sectores de población de los países
desarrollados.
Parados de corta o larga duración. Inmigrantes mal llamados
"ilegales". Campesinos de zonas rurales marginadas.
Jóvenes sin familia. Ancianos olvidados y abandonados. Millones
de mujeres que viven diariamente al límite de sus posibilidades
económicas, físicas y psíquicas como precio por su condición
de mujer . Personas sin techo y sin hogar. Población reclusa.
Enfermos terminales y crónicos sin atención ni cuidados.
Discapacitados físicos y psíquicos carentes de las más
básicas prestaciones. Drogodependientes... El dibujo es una
realidad social cada vez más rota, donde "las bolsas de
pobreza" dejan de ser pequeños espacios aislados y
localizables, para constituir, paulatinamente, un elemento
cualitativo y definitorio del tejido social de las sociedades
opulentas.
En los países ricos existe un número creciente de hombres y
mujeres que se definen socialmente por su falta de identidad
social, por el nulo reconocimiento que se hace de ellos como
personas. Son los más pobres entre los pobres. Una variedad de
pobreza que reúne a millones de personas.
Al no acceder a los sistemas y redes de protección social que
existen en su entorno, su patología personal y su
desocialización adquieren tonos límites. Ciertos grupos de
población gitana, mendigos, "yonkis", jóvenes
prostitutas seropositivas, mujeres con cargas familiares y en
situación límite por graves problemas o catástrofes
familiares, ancianos con atrofia cerebral, abandonados por la
familia y la sociedad..., son algunos de estos grupos sociales.
Desarraigo familiar, exclusión social, graves problemas de
carácter sanitario y afectivo, desempleo continuado, carencia
aguda de recursos económicos y soledad, son algunas de las
características que describen la situación de este colectivo.
Los excluidos absolutos son un sector cada vez más mayoritario.
Y como dijo el poeta: "Y cuántas promesas, madre / ¡ay!,
cuantas hicieron. / Y no cumplieron ninguna / de las que
hicieron".
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Francisco Arias Solis
"ARBIL,
Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el
Foro Arbil
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