ARBIL, anotaciones de pensamiento y critica, nº 59-60 |
| | La reforma protestante, la revolución francesa y la revolución soviética fueron fracturando aquella maravillosa unidad que se llamó y se llama Cristiandad, esparciendo sobre el planeta los errores del libre examen, la predestinación, el absolutismo, el racionalismo, el liberalismo y el socialismo, acompañados siempre de monstruosos crímenes. España no quiso participar de tales errores. Y no sólo eso, sino que puso todo su ánimo y sus bienes al servicio del ideal de la Universitas Christiana, combatiendo, por una parte, a los poderosos pueblos y naciones que se empeñaban en socavar los cimientos de la Ciudad Católica; y por otra a un Islam embravecido que, aprovechando el debilitamiento interno de Occidente, pretendía invadir el continente. Y construyendo, en Asia y en América, esa «particular cristiandad» que hoy conocemos con el nombre de Hispanidad. J. Mª Permuy
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