El autor de este libro se considera seguidor de la escuela semiótica de Moscú, cuyo principal exponente es el gran académico ruso V. N. Toporov, que ha contribuído de forma decisiva en los distintos campos de los estudios indoeuropeos. Este nombre ilustre es casi (si no del todo) desconocido en España, aunque muy apreciado en el área anglo-germánica y en Italia. En efecto, el autor basa sus interpretaciones, en buena medida, en el mito fundamental de las tradiciones indoeuropeas (la lucha entre el dios celeste y su adversario ctonio), cuya reconstrucción (junto al otro gran hindoeuropeísta ruso, V. V. Ivanov), basada en un ingente material lingüístico, arqueológico y folklórico es una de las grandes aportaciones científicas de V. N. Toporov. El primer capítulo del libro está dedicado a la descripción sistemática de los seres monstruosos en la Teogonía de Hesíodo y la Biblioteca de Apolodoro. El autor los analiza como signos objetivos que indican rupturas en el proceso cosmogónico o bien irregularidades en la relación ritual entre dioses y hombres, contraponiendo esta interpretación a la psicológica, que ve en los mitos el reflejo solidificado de ciertas actitudes mentales. En los capítulos sucesivos se analiza, en sus rasgos fundamentales, el proceso cosmogónico (tal como se presenta en las distintas tradiciones mitopoéticas) que, a través de una serie de cataclismos, lleva a la creación del mundo actual, el cual conserva en su interior, sin embargo, "residuos ctonios" personificados por los monstruos. Su presencia en el mundo organizado se convierte en un factor de inestabilidad, de desorden, que provoca procesos entrópicos, lo que hace necesaria la intervención directa del dios celeste o de su alter ego el héroe, hijo del dios, que combate contra el monstruo "principal" del momento. El concepto de "monstruo cosmogónico" o "cuerpo monstruoso" como punto de partida del proceso demiúrgico se desarrolla en el último capítulo, que revela de forma particular el vínculo del autor con las ideas fundamentales y el método de la escuela semiótica rusa. Entre los maestros occidentales se destaca en el libro a Mircea Eliade y C. G. Jung, de cuyas ideas, sin embargo, se elimina cualquier elemento subjetivo-psicológico, conservándose tan sólo la estructura ontológica objetiva. Esto se refiere, en primer lugar, a la teoría de los arquetipos. El concepto de arquetipo es fundamental para el autor, pero lo usa para designar realidades suprapsicológicas, que se reflejan en la psiquis colectiva, constituyendo su "memoria arquetípica", que se conserva en el mito. Es de destacar también la excelente traducción de Milagrosa Romero Samper, que no sólo consigue transmitir, con precisión y claridad, los conceptos utilizados en el análisis mitosemiótico, sino que convierte la lectura de este libro en tarea instructiva y particularmente agradable. ·- ·-· -··· ·· ·-·· Sergio de Segovia Michael Yevzlin. El jardín de los monstruos. Para una interpretación mitosemiótica. Madrid, Biblioteca Nueva, 1999.. |
Revista Arbil nº 62 La página arbil.tk quiere ser un instrumento para el servicio de la dignidad del hombre fruto de su transcendencia y filiación divina "ARBIL, Anotaciones de Pensamiento y Crítica", es editado por el Foro Arbil La reproducción total o parcial de estos documentos esta a disposición del públicosiempre bajo los criterios de buena fe, gratuidad y citando su origen. |