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| Revista Arbil nº 69 | |||
Crisis demográfica por Luis Losada Pescador Lo de Viejo Continente no es sólo una licencia literaria, sino la misma realidad. Europa es un continente habitado por ancianos, que sufre la mayor crisis de natalidad de su historia... Cuando la crisis económica afecta a los principales países europeos vemos más claramente las repercusiones económicas y sociales. | |||
| El anuncio del recorte en dos décimas del PIB alemán en el primer trimestre ha tocado la línea de flotación del optimismo europeo. Los Quince nos hemos pasados los dos últimos años mirando hacia otro lado con especulaciones sobre la posibilidad de retomar el relevo norteamericano como locomotora económica mundial. La cotización euro/dólar ha sido un espejismo que ha alimentado la especie de que Europa -por fin- iba a ser la abanderada económica mundial aprovechando la crisis americana. En el fondo, analistas y políticos conocían al detalle las causas de los males que afligen al Viejo Continente. Pero nadie se atrevió a mencionarlas. Probablemente porque se trata de mensajes políticamente incorrectos. Pero hete aquí, que Alemania se despierta en crisis, y que de paso arrastra a Holanda e Italia y amenaza a Portugal. Para más "inri", los dos pesos pesados de la Unión, Francia y Alemania, anuncian su incapacidad para cumplir con los compromisos de estabilidad presupuestaria. Y para amargar el comienzo de la primavera, Austria amanece con la primera huelga general tras la segunda guerra mundial. Lo mismo ocurre en Francia, donde los sindicatos todavía mantienen "secuestrado" al gobierno vecino. La polémica es siempre la misma: la reforma del sistema público de pensiones. Aunque lo de "reforma" es más bien un eufemismo, porque de lo que en realidad se trata de "recortes". Es decir, endurecimiento de las condiciones o reducción de las prestaciones, para garantizar la viabilidad del sistema. Obviamente la medida resulta impopular, pero necesaria, habida cuenta del "desastre" de la demografía (Aznar "dixit"). Y es que lo de Viejo Continente no es sólo una licencia literaria, sino la misma realidad. Europa es un continente habitado por ancianos, que sufre la mayor crisis de natalidad de su historia. Probablemente porque nuestro "estado de bienestar" nos ha hecho demasiado cómodos como para afrontar las "complicaciones" de la paternidad... Y llegados a este punto donde la inmigración se observa como una oportunidad con riesgos y la natalidad no termina de repuntar, algunos entonan el "mea culpa". Igual que Saramago dijera aquello de "hasta aquí he llegado" en relación con Cuba, Martín Prieto se nos tira a la piscina exigiendo una política natalista como la de Franco. Sin ironías ni nada... Y es que sea de Franco o de Zapatero, España necesita con urgencia una política familiar que recupere el valor social de la familia. Y además, necesita que eso tenga traducción presupuestaria, abandonando la tradicional inflación verbal de los momentos pre-electorales. ¿Cuál es el estado de la cuestión? España destina una cuarta parte que nuestros homólogos comunitarios a ayudas directas o fiscales a la familia. Además, la dispersión autonómica ha hecho que se produzcan serios agravios comparativos entre españoles de unas comunidades y otras, haciendo urgente la celebración de un Pacto de Estado por la Familia que equipare las prestaciones con independencia del lugar de residencia. En materia legislativa, el consejo de Ministros aprobó el pasado viernes 16 de marzo la nueva Ley de Familias Numerosas, una ley importante, pero incompleta. Importante porque aunque sea en periodo electoral, se cierra el vacío legal existente desde 1970 en materia de familias numerosas. Además, se suavizan las exigencias en las diferentes categorías y se considera al menor sujeto a la unidad familiar hasta su independencia efectiva o el cumplimiento de los 27 años. Algo más ajustado a nuestra realidad social. Sin embargo, la ley resulta incompleta porque no regula a las familias numerosas, sino a los nucleos convivenciales donde se encuentran tres o más menores. La Ley protege al menor, pero no a la unidad familiar, cuya estabilidad resulta un indiscutible valor social. ¿Es demasiado pedir al gobierno del Partido Popular que "se arranque" en una definción de lo que entiende por "familia"? Por otra parte, nuestro país no afronta huelgas generales por la reforma del sistema público de pensiones, porque aunque Aznar cree que la demografía es un desasatre, Zaplana considera que "no es urgente tratarlo ahora". O dicho de otra forma: El ministro de Trabajo no quiere pagar el coste político de la reforma cuando todavía tiene opciones de entrar en la quiniela de la "libreta azul". Como siempre, nuestros políticos preocupados por el interés general.... ·- ·-· -··· ·· ·-·· | |||
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Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga
(Diderot)
La diferencia entre la Libertad y las libertades es tan grande como entre Dios y los ídolos
(Borne)
